PLEGARIA PARA TI
Hoy escogí mi religión...
el amor es el camino y mi dios eres tú
Conviérteme en el río que desemboca en tu mar
Dame la fuerza de esa flor que tus ojos logró cerrar
Una cosa sencilla que cada momento deje aparecer
Esa tierna sonrisa que desde aquel día robó mi ser.
Concédeme el sendero que algún día has de caminar
Aquella melodía que por dentro te hace bailar
Una fe desmedida que reviva mi existir
En trozos de alegría que se escaparon de ti
Hazme un adivino a tus deseos, un mago de esquina en tus juegos,
el complemento para tus rimas, un mágico cuento que no termina.
Un simple niño ante tus ojos, un albañil que trabaja el Cristal
o el príncipe de aquel planeta con quién de niña solías jugar.
Dibújame la partitura donde hemos de plasmar canciones.
Préstame los colores que mejor pintan tus emociones
Perdona a quien te pide demasiado ofreciendo lo que es,
por lo que en mis sueños algún día podremos ser...
Hazme un adivino a tus deseos, un mago de esquina en tus juegos,
el complemento para tus rimas, un mágico cuento que no termina.
Un simple niño ante tus ojos, un albañil que trabaja el Cristal
o el príncipe de aquel planeta con quién de niña solías jugar.
(bis)
Juan Celso Flores Martínez ©
Hoy escogí mi religión...
el amor es el camino y mi dios eres tú
Conviérteme en el río que desemboca en tu mar
Dame la fuerza de esa flor que tus ojos logró cerrar
Una cosa sencilla que cada momento deje aparecer
Esa tierna sonrisa que desde aquel día robó mi ser.
Concédeme el sendero que algún día has de caminar
Aquella melodía que por dentro te hace bailar
Una fe desmedida que reviva mi existir
En trozos de alegría que se escaparon de ti
Hazme un adivino a tus deseos, un mago de esquina en tus juegos,
el complemento para tus rimas, un mágico cuento que no termina.
Un simple niño ante tus ojos, un albañil que trabaja el Cristal
o el príncipe de aquel planeta con quién de niña solías jugar.
Dibújame la partitura donde hemos de plasmar canciones.
Préstame los colores que mejor pintan tus emociones
Perdona a quien te pide demasiado ofreciendo lo que es,
por lo que en mis sueños algún día podremos ser...
Hazme un adivino a tus deseos, un mago de esquina en tus juegos,
el complemento para tus rimas, un mágico cuento que no termina.
Un simple niño ante tus ojos, un albañil que trabaja el Cristal
o el príncipe de aquel planeta con quién de niña solías jugar.
(bis)
Juan Celso Flores Martínez ©